12/28/2010

El ser humano "moderno" cree que puede HACER cosas, que puede CAMBIAR cosas, que es capaz de...
y en realidad, TODO, absolutamente TODO, simplemente SUCEDE.
El Mundo como lo conocemos (Creemos que lo conocemos)  es perfecto y obedece a leyes muy distintas y particulares a las muy escasas que nosotros creemos igualmente conocer (Ley de la gravedad, ley de la causalidad- causa y efecto-, el tiempo y el espacio, la ley del 3, del 7, del 9; las leyes de la termodinámica, etc...).
Absolutamente todo lo que conocemos o creemos conocer por medio de nuestras atrofiadas y muy particularmente obsoletas formas de percepción objetiva (Órganos de los sentidos) es en extremo inexacto, errado, corrompido, desvirtuado, subjetivo, irreal, falso, y hasta inexistente.
Somos unas máquinas que actúan todo el tiempo de manera automática, no existe nada ni nadie que haga acto alguno donde la ley superior de la mecanicidad y el azar, o el caos, no influya.
Lo peor de todo es que no creemos que realmente seamos unos autómatas, conectados a una realidad inexistente, irreal, co-creada por todos en medio de una muy compleja, pero demostrable participación colectiva. (Recordemos a Neo tratando de constatar su sueño en medio de la Matrix a la que lo confronta Morfeus al ofrecerle las dos cápsulas).
Existe un sola forma de percatarse de la existencia de una verdadera realidad, inaccesible para el ser humano ordinario y común, una forma de VER, esa "realidad REAL", que desconoce la mayoría de los mortales.
Todas las escuelas del conocimiento, las religiones de la humanidad, las tesis filosóficas, y las concepciones sociológicas y antropológicas, coinciden en lo mismo, hay que DESPERTAR, de ese sueño profundo en que nos hallamos inmersos, Pero, ninguno dice el cómo?.
Para despertar, un hombre nececita de otros que Ya hallan despertado, y que a su vez lo despierten y mantengan en ese estado para que no vuelva a caer en lo profundo del sueño cíclico y perenne.
Afortunados aquellos que lograron encontrar a esos "otros" que se esfuerzan por despertarse unos a otros.
Solo así se garantiza en medio del sagrado caos reinante, una posibilidad, una luz de esperanza en que algún día, la humanidad pueda comprender su papel en medio de la creación.



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